Mateo 6:9. Vosotros, pues, oraréis así: Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10. Venga tu reino. Hágase
tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11. El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy.
12. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores. 13. Y
no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el
poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.
El Señor Jesús no ha dado esta oración
para que la repitamos constantemente; en cambio, antes de enseñarnos a orar,
nos ha dicho que no debemos hacer vanas repeticiones. repetir es rezar. El
Señor nos ha llamado a que oremos, no ha repetir cosas. Orar es hablar. Así
que, cuando oras a Dios, lo que haces es hablar con él, entablar una
conversación con Dios. Pero toda comunicación oral tiene un emisor, un
receptor, un mensaje y un medio. Además, la conversación se hace en dos vías.
Hay un intercambio de expresiones entre las personas que conversan. Pero hemos
acostumbrado a evocar un
montón de expresiones, de una manera mecánica y repetitiva; creyendo que ese es
el modo correcto de hacerlo. Solo porque esa es la tradición y así nos
enseñaron.
Te invito a que analicemos parte por
parte y paso a paso esa oración que algunos llaman Padre Nuestro y otros la
llaman la Oración
Modelo. Solo me interesa lo que entiendo que es importante de
este pasaje de las Escrituras; y debemos reflexionarlo con seriedad y respeto a
sí mismos. Padre nuestro: si digo Padre nuestro, estoy admitiendo que tengo un
padre que está por encima de mí mismo y de mi progenitor. Quien es la única
autoridad de mi familia y en mi familia y casa. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese
Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues
no he venido de mí mismo, sino que él me envió. Juan 8:42. Que estás en los cielos: estoy
admitiendo su supremacía y distancia entre él y yo; por lo tanto, mi
subordinación, ante el Dios y Padre todopoderoso. Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis PENSAMIENTOS más que vuestros PENSAMIENTOS. Isaías 55:39.
Santificado sea tu nombre: estoy
admitiendo y sometiéndome a la gran verdad de que él es Santo, por lo que no
tiene ninguna relación con el pecado y la mundanalidad. Adorad
a Jehová en la hermosura de la SANTIDAD; Temed delante de él, toda la tierra.
Salmos 96:9. Venga tu reino: estoy diciendo que él
es el único Soberano, Real y Verdadero Rey, no solo de la tierra o del cielo,
sino del universo en su conjunto; y que me someto ante él como súbdito
suyo. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que
hay en la tierra, visibles e invisibles; sean TRONOS, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Filipenses
1:16.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra: estoy diciendo, afirmando y aceptando que hay un orden
universal, desde todos los cielos que responde a los mandatos y voluntad única
y exclusiva de mi Señor, Dios y Rey. Que esa misma autoridad y orden la quiero,
la busco y deseo para nosotros los terrícolas mortales. El pan nuestro de cada
día dánoslo hay: estoy diciendo, creyendo y admitiendo que no debo almacenar
nada. Que todo lo que necesito o anhelo está en la mano de Dios y que él nos dará
todo cuanto necesitamos en el tiempo, día y hora oportunos. Por
tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo
más que el vestido? Mateo 6:25.
Y perdona nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores: estoy diciendo que no hay ningún ser
humano que me deba; pues, antes de ir donde él, ya he perdonado a cualquiera
que tuviera alguna deuda conmigo. Nadie me debe, pues yo mismo me debo a
él. No DEBÁIS a nadie nada, sino el
amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Romanos 13:8. No nos metas en tentaciones: estamos
aceptando nuestras debilidades e incapacidades para resolver nuestras cosas y
para salir airosos de cualquier dificultad de peligro. Mas líbranos del mal:
estamos pidiendo su intervención a nuestro favor, sabiendo, entendiendo y
conociendo que él tiene la fuerza y el poder para hacerlo. Juan 15:5: Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Porque
tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos de los siglos: Si temiereis a Jehová y le sirviereis, y oyereis
su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como
el rey que REINA sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis
bien. 1 Samuel 12:14. Su reino es para siempre y no tiene fin. //si gustas
seguir esta conversación, te invito:
Hermano Teo Minier, email sergiotminier@hotmail.com, móvil y whatsapp: 01134-688392058
No hay comentarios.:
Publicar un comentario